"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."









viernes, 6 de marzo de 2015

TIMBUKTU


La película comienza con la persecución de una gacela. Los cazadores la siguen en un jeep, se oyen disparos, pero no la quieren matar sino cansar. A esta cacería,  le siguen unas secuencias en la que se destruyen unas estatuas  tribales de madera con las balas de un kalashnikov. Después de este preámbulo, aparecen las casas de adobe de Aguelhok, una pequeña ciudad del norte de Mali, lugar en el que ocurrieron de verdad  estos hechos durante la ocupación del norte de Mali por parte de los  yihadistas en el verano de 2012. Tombouctou, que fue siempre símbolo de  tranquila convivencia entre bereberes, tuaregs y peuls y que habían tolerado la práctica del islán no radical, se va a convertir, después de estos hechos, en un lugar muy incómodo para sus propios habitantes porque los extranjeros  yihadistas les imponen unas normas de obligado cumplimiento: las mujeres tienen que llevar velo, calcetines y guantes, incluso para vender pescado; no se puede cantar, ni tocar ningún instrumento musical; se prohíbe sentarse en la calle, incluso delante de la propia casa;  no se puede fumar ni beber alcohol, no se puede ni jugar al fútbol. Todas estas normas son recordadas, a menudo, por estos hombres que recorren el país en moto y megáfono en mano. Del mismo modo también les recuerdan cuáles serán los castigos si infligen estas leyes.Y será, esta violencia de lo cotidiano, el objetivo de  la camera de Abderrahmane Sissako que, bajo  forma de ficción, nos presenta una cinta con valor  casi de documental en la que confronta a los hombres y mujeres de esta ciudad con una realidad nueva para ellos en  la que las libertades individuales están más que contritas por estos hombres que ejercen  un gobierno del terror: se nos muestra por ejemplo la aplicación  pública de los castigos o como se encaraman a los tejados de las casas por las noches para espiar a sus habitantes, con los que, por otra parte,  estos hombres venidos de fuera no pueden comunicarse directamente  porque solo hablan árabe y en Malí, se habla el bambara o el tamashek, por lo que se tienen que hacer acompañar por traductores. Sissako no se olvida de mostrarnos a los yihadistas en su propia hipocresía: uno de ellos se esconde para fumar tarea vana,  porque todos lo saben.
La película la conforman pues, un  llamativo  abanico de perfiles de  opresores y oprimidos en un buen número de situaciones que se entrelazan; como queda entrelaza la historia de la familia acomodada de tuaregs que vive en su jaima alejada de la ciudad -y por tanto de todo lo que allí acontece- y aunque todos sus vecinos se han ido ya, ellos siguen con sus cabras y sus vacas, pero será por una de ellas, GPS, por la que todas las desgracias se conciten.
Esta película  mezcla la crueldad con situaciones absurdas, de humor grotesco que hacen que la cinta adquiera un tono casi intimista donde resalta una magnífica fotografía.
El final, para mí, fue desgarrador. Hacía mucho que no salía del cine acongojada; los dos chicos quedan solos y desamparados en el desierto y corren y corren, como lo hacía al principio, la gacela perseguida. Esto me hizo pensar en que la cantidad enorme de niños huérfanos y desvalidos de África.

TIMBUKTU

Director; Abderrahmane Sissako
Reparto: Abel Jafri, Hichem Yacoubi, Kettly Noël, Pino Desperado, Toulou Kiki, Ibrahim Ahmed, Layla Walet Mohamed, Mehdi A.G. Mohamed, Fatoumata Diawara, Adel Mahmoud Cherif, Salem Dendou, Mamby Kamissoko, Yoro Diakité, Cheik A.G. Emakni, Zikra Oualet Moussa, Weli Cleib.
País: Mauritania Mauritania. Año.2014.
Duración: 100 min.

*Premios
2014: Premios Oscar: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2014: Premios César: 8 nominaciones incluyendo Mejor película y director
2014: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
2014: Festival de Chicago: Mejor director
2014: Satellite Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa

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