"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."









viernes, 14 de febrero de 2014

LUIS CERNUDA- NO DECÍA PALABRAS


Nada es miserable a menos que pienses que lo es; por otro lado,
 nada trae felicidad a menos que estés dispuesto a recibirla.”  -Boecio

Este año, veía que no iba escribir nada para San Valentín, no me venía nada que me hiciera ponerme a echar unas líneas para hoy. Pero por si esto me ocurre, siempre tengo preparada alguna poesía que me ha gustado y que he ido guardando en Borradores.
Además, sin buscarla, me he encontrado con esta cita de Boecio- hace tiempo que la tenía rondando por una de mis libretas-, y me ha parecido que podía ser apropiada para un día como hoy.
A la vez que la leía, me he  puesto a trastear un poco en el blog; me he puesto a releer algunas de las entradas anteriores que durante estos días han ido reapareciendo en él. Me ha agradado volver a leerlas porque de alguna, ya no me acordaba. Casi sin querer, me he dado cuenta de que, tomadas por separado son Las entradas populares del blog, pero recogidas en la palma de la mano, parece que se hubiera confabulado para aparecer un día como hoy y, sin embargo, están publicadas desde hace ya tiempo; incluso bastante tiempo llevan algunas en Le coin…, pero, las coincidencias hacen estas cosas.
Al poco rato, he abierto el correo y me he encontrado un mensaje de Mª P. Me ha sorprendido la coincidencia en el autor. Mi amiga me regala un poema de Luis Cernuda No decía palabras de Los placeres prohibidos. Y pasa lo que siempre pasa cuando se lee a Cernuda que, poco a poco, que, verso a verso, se adentra en el espacio reservado para la excelencia. Su poesía lo es.
Y es curioso  que lo hayamos elegido, para hoy, el mismo poeta porque, aunque pueda parecer otra cosa, muchos de sus poemas no son precisamente jubilosos, ni mucho menos. Él, como nadie, recoge el desaliento del desamor, del amor incomprendido, del amor imposible.
En fin que, después de leer a Cernuda nada sigue igual, y además, uno tiene la impresión de que crece ¡ Qué poder el de sus versos! Y si no, que se lo pregunten a Manuel, que cuando habla de Cernuda no puede moderarse y se le ocurren cosas como estas: ”Me gusta cuando las palabras dejan de ser lo que son y letra a letra se te derraman dentro...”
Aquí os dejo con Cernuda,  y con uno de sus poemas, que era  el que tenía preparado para este día.
¡Lo que se une con la poesía!, incluso con la que no se entiende.

No decía palabras

No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza
porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.


Luis Cernuda, Placeres prohibidos.




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